La tesis de una enfermera de Baleares estudia a las EPA como facilitadoras de prácticas basadas en la evidencia
La investigación enfermera avanza a buen ritmo y surgen constantemente nuevas recomendaciones en el campo del cuidado en enfermería, pero la incorporación de la Práctica Clínica Basada en Evidencia (PCBE) a la toma de decisiones diaria de las enfermeras sigue suponiendo un reto para el sistema sanitario. Influyen en ello factores relacionados con la cultura organizacional, las características del profesional o aquellas intrínsecas a la propia evidencia. Y todo ello aumenta la variabilidad en la práctica clínica.
Hablar de PCBE es ir más allá de incluir un aspecto concreto de un estudio en la práctica o de basar la toma de decisiones en un estudio. La PCBE implica tener en consideración la investigación llevada a cabo a través del tiempo, acumulando evidencia sobre un tema particular pudiéndola utilizar en diversos grados de la práctica clínica. En el caso de la práctica enfermera hablamos de la Enfermería Basada en la Evidencia Científica como meta.
Con esta premisa y como respuesta a este reto actual y futuro, la ahora doctora en Enfermería Sandra Pol presentó este verano en la UIB la tesis “La Enfermera de Práctica Avanzada en unidades de Hospitalización como facilitadoras de Prácticas Basadas en la Evidencia” (*), una investigación que ha contado con el apoyo de las Ayudas a Proyectos de Investigación del COIBA. Unas ayudas económicas a las que pueden optar anualmente todas las enfermeras y enfermeros colegiadas en Baleares para desarrollar sus investigaciones.
Según el estudio de la Dra. Pol, incorporar a las enfermeras de práctica avanzada (EPA) en los equipos de hospitalización ayudaría a superar las barreras del día a día para poder trabajar en base a una PCBE. La incorporación de enfermeras de práctica avanzada es una estrategia utilizada por muchos sistemas sanitarios con diversos fines ya que pueden disminuir la variabilidad de la práctica clínica y, por tanto, mejorar los resultados clínicos. La EPA a nivel internacional es muy conocida, aunque existen dudas en torno a ella respecto a sus características, formación, o ámbito de práctica. En España, y en concreto en Baleares, el desarrollo de esta figura es una asignatura pendiente. En general, sus competencias se centran (**) investigación y PCBE, liderazgo clínico y profesional, autonomía profesional, relaciones interprofesionales y mentoría, gestión de la calidad, gestión de cuidados, docencia profesional y promoción de la salud. Con estas competencias la EPA podría ser la figura facilitadora para acercar las nuevas evidencias a la práctica de las enfermeras, explicar la necesidad de un cambio de práctica, la forma en que debía llevarse a cabo, y dar conocimientos y habilidades, así como gestionar la necesidad de recursos y de medir el impacto del cambio para trasladarlo a su equipo.
“En un mismo servicio trabaja un equipo de enfermeras que tiene diferente nivel de experiencia, información, habilidades, actualización, opinión, recursos, etc. y a la toma de decisiones de la enfermera se suman otros factores como el trabajo en equipo, el respeto a las decisiones del turno anterior, y los protocolos de la propia unidad”, explica Pol. “Todo ello perpetúa la variabilidad en la práctica clínica”. Además, durante la jornada de trabajo de las enfermeras de hospitalización no se plantea ningún momento para la investigación: “no todas las enfermeras tienen competencias en investigación y me preguntaba”, explica Pol”, si era necesario que lo tuviesen para poder llevar a cabo los mejores cuidados”.
En búsqueda de la mejor intervención para mejorar la PCBE de las enfermeras, la investigadora llevó a cabo un estudio cuasiexperimental donde se incorporaron 5 EPA en 5 unidades de hospitalización de tres hospitales diferentes. Con ello, se pudo determinar que la incorporación de esta figura mejoró la adopción de prácticas clínicas basadas en la evidencia por parte de las enfermeras clínicas, lo que se tradujo en una mejoría de los indicadores clínicos del cuidado del paciente. La implementación de dos guías de práctica clínica (GPC), ilustra los beneficios potenciales en términos de implementación de evidencia y fomento de la adherencia a las GPC entre otros miembros del equipo de enfermería.
Asimismo, el proceso del estudio en sí mismo, con la capacitación previa impartida a las EPA, el seguimiento y la mentoría del equipo investigador y el aprendizaje experiencial, ha permitido el desarrollo competencial de las EPA que las posiciona en un nivel avanzado de PCBE y en competencias enfermeras avanzadas.
Desarrollo actual de la Enfermera de Práctica Avanzada
El desarrollo de la EPA a nivel internacional es aún poco concreto, según se recoge en detalle en la tesis, aunque se estima que setenta países han establecido este rol o consideran hacerlo. EEUU o Canadá, por ejemplo, son pioneros en la práctica avanzada en enfermería. En Europa, Reino Unido y Escocia disponen de EPAs en atención primaria y especializada., y Países Bajo las introdujo ante la falta de médicos. El CIE está dedicando grandes esfuerzos a su desarrollo desde 2002 y creó en 2020 una guía (***). En España, explica Pol en su tesis, el rol no está regulado y existen pocos puestos de trabajo disponible con gran variedad de competencias y responsabilidades derivados de la falta de definición, especialmente en relación a las especialidades.
Podréis leer la tesis doctoral completa AQUÍ
La autora también ha sido la creadora de la portada, una imagen titulada: Liderazgo de la Enfermera de Práctica Avanzada. A través de cinco siluetas representa las enfermeras que participaron en el proyecto y la evolución que han experimentado. La primera silueta (a la izquierda de la imagen) mira hacia abajo y a medida que se añaden siluetas a la imagen (hacia la derecha), éstas están cada vez más incorporadas, representando la evolución hasta una posición de liderazgo.
(*) Fuente: “La Enfermera de Práctica Avanzada en unidades de Hospitalización como facilitadoras de Prácticas Basadas en la Evidencia”. Directores: Dr. Joan Ernest de Pedro Gómez, Dra Sonia Martínez Andreu. Tutor: Miquel Bennasar Veny. Programa de doctorado en Investigación Traslacional en Salud Pública y Enfermedades de Alta Prevalencia (UIB)
(**) Sastre-Fullana, P., De Pedro-Gómez, J. E., Bennasar-Veny, M., Fernández-Domínguez, J. C., Ses.-Abad, A. J., & Morales-Asencio, J. M. (2015)
(***) En “DIRECTRICES DE ENFERMERÍA DE PRÁCTICA AVANZADA 2020” del Consejo Internacional de Enfermeras se define a las EPA como: una enfermera generalista o especializada que ha adquirido, mediante formación de grado adicional (mínimo un título de maestría), la base de conocimiento experto, habilidades para la toma de decisiones complejas y competencias clínicas para la práctica avanzada de la enfermería cuyas características están modeladas por el contexto en el que se acredita para ejercer (adaptado del CIE, 2008). Las dos figuras que más se identifican habitualmente como EPA son la enfermera clínica especialista (ECE) y la enfermera de atención directa (EAD).