Un grupo de enfermeras de la UIB publica un estudio que demuestra que el contagio del COVID se reduce a la mitad utilizando mascarilla
Un grupo de investigadores de la Universitat de les Illes Balears formado mayoritariamente por enfermeras ha publicado recientemente un estudio que demuestra que el contagio del SARS-CoV-2 se reduce a la mitad utilizando mascarilla y que en los espacios cerrados estas tienen mayor impacto. Según explica una de estas investigadoras, la enfermera Aina Huguet Torres, “el contagio del SARS-CoV-2 se reduce a la mitad utilizando mascarilla independientemente del tipo de entorno, de la distancia y del tiempo de exposición” y “en los espacios cerrados la mascarilla tiene un efecto protector aún mayor”.
La investigación, publicada en la revista científica Frontiers in Public Health, se centra en el efecto del ámbito de exposición y las medidas de protección ante el riesgo de la transmisión por SARS-CoV-2 y ha sido llevada a cabo por los investigadores Aina Huguet Torres, Enrique Castro Sánchez, Laura Capitán Moyano, Cristian Sánchez Rodríguez, Miquel Bennasar Veny y Aina M. Yáñez del Grupo de Investigación de Salud Global de la Universitat de les Illes Balears (UIB) y del Instituto de Investigación Sanitaria de les Illes Balears (IdISBa). El estudio ha contado con el apoyo económico del Col·legi d’Infermeres i Infermers de les Illes Balears (COIBA) a través de las Ayudas a Proyectos de Investigación, una convocatoria competitiva que lanza anualmente el órgano colegial, y, como proyecto, ya ganó un premio de investigación de la Real Academia de Medicina de les Illes Balears (RAMIB). Además, la enfermera e investigadora Aina Huguet Torres cuenta con la beca predoctoral Florence Nightingale de 3 años, resultado de un convenio entre la UIB y el COIBA, para el programa de doctorado de Salud Global de la UIB.
El estudio, explica Huguet Torres, se realizó con la colaboración de las enfermeras de la Central de Coordinación de COVID-19 (CC COVID) de Mallorca. Además de la información que se recogía durante el rastreo de los contactos estrechos con una persona infectada por COVID-19 (tiempo de exposición y distancia), se incluyó información adicional como: el lugar de contacto, la ventilación, uso y tipo de mascarilla, y lavado de manos, con el fin de evaluar los mecanismos de transmisión y la eficacia de las medidas de protección individuales y el entorno de exposición. “También hemos comprobado que si el encuentro con el contacto estrecho se producía en un espacio cerrado y sin ventilación la probabilidad de contagio era más del doble que si este se producía en un espacio abierto, independientemente de otros factores”, afirma.
Los resultados sobre la transmisión de SARS-CoV-2 son extrapolables a otras infecciones respiratorias, ya que comparten el mismo canal de transmisión: mediante microgotas que se expulsan al hablar, toser y/o estornudar, explica Huguet Torres. “Por lo tanto, es fundamental adoptar las medidas de prevención que han demostrado ser eficaces (uso de mascarilla) y aplicarlas a cualquier situación de transmisión de enfermedades respiratorias, como la de la actual epidemia de gripe”, propone Huguet Torres haciendo referencia a la actual recuperación de la mascarilla en centros sanitarios.
Gracias a este trabajo se cuenta con nuevos datos sobre la efectividad del uso de mascarillas y otras medidas en la prevención del contagio por SARS-CoV-2. Según explica Huguet, la ventilación de los espacios y un menor tiempo de exposición mostraron reducir la transmisión del virus. También destaca que durante la pandemia gran parte de los contagios (aproximadamente el 80%) se producían en el ámbito domiciliario (familia y amigos). En su momento pocos estudios sobre la transmisión comunitaria se centraban en evaluar el impacto de estas medidas de prevención, y la mayoría de las investigaciones analizaban el uso de la mascarilla y otras medidas ante la transmisión de patógenos respiratorios en ámbitos específicos como los centros escolares o sanitarios. La novedad de este estudio, afirma, es que desgrana la efectividad de cada una de estas medidas en el entorno comunitario, es decir, en todos los ámbitos de la vida diaria (domicilio, trabajo, deporte, ocio, etc.).
La investigadora asegura que conocer la efectividad de cada una de las medidas de prevención o protección es una herramienta muy útil para la gestión de epidemias, ya que ayuda a identificar de manera óptima a las personas que tienen un mayor riesgo de contagio. Este estudio en concreto, explica, muestra la importancia de conocer las características del contacto estrecho y “que en futuras pandemias se deberían tener en cuenta los factores de riesgo que pueden ayudarnos a identificar los contactos estrechos más vulnerables de infección y acotar el rastreo a los contactos con más riesgo en situaciones de colapso del sistema sanitario”. Así, esta evidencia podría haber ayudado a optimizar los mecanismos de rastreo de contactos estrechos en tiempo real, mejorar y agilizar la identificación de contactos estrechos con mayor riesgo y, así, centrarse en la población más vulnerable.